sábado, 28 de mayo de 2016

onicofagia



onicofagia

 En la mayoría de las personas que no pueden dejar de comerse las uñas hay una alteración del sistema nervioso o desajuste emocional que puede abarcar desde casos leves y puntuales a casos crónicos y patológicos muy preocupantes. Comerse las uñas es para muchas personas una válvula de escape a su nerviosismo (ansiedad, estrés, impaciencia, temor, etc.).
 De hecho muchas personas también resuelven esta situación de “nervios” de manera similar (fumando, comiendo más o tomando más dulces, bebiendo alcohol, etc.). En el fondo se trata de llevarse algo a la boca. Casi todo el mundo se ha comido las uñas alguna vez pero lo preocupante es cuando ese “impulso” dura años o las uñas llegan a comerse de tal manera que se convierte en una autoagresión. En estos casos puede indicar conflictos más importantes (traumas familiares, maltratos, celos, humillaciones, etc.) que suelen afectar a la autoestima.
 pasar al psicólogo y ayuda profesional

 El morderse las uñas puede afectar la habilidad de sujetar objetos con las manos y el sentido táctil por el dolor que se siente por la pérdida de la uña. Unos ‘tips’ que le serán útiles Antes de realizar un tratamiento casero o acudir a un especialista, evite en lo posible el café, té, cola o bebidas alcohólicas, ya que suelen generar más ansiedad y nerviosismo.



 La onicofagia produce desgaste en los dientes y daño en el esmalte por el repiqueteo constante de un incisivo contra el otro al morderse las uñas, lo que conlleva a un problema estético ya que las piezas dentales lucen recortadas, eventualmente puede ocurrir la caída de las piezas dentales y úlceras en las encías.

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